La compañía coruñesa Greenalia desarrollará el parque eólico de Monte do Cordal en el Ayuntamiento de Friol (Lugo). El PE contará con una potencia instalada 12,6 MW y tendrá una inversión superior a los 10,6 millones de euros.
La instalación, que inicia la fase de información pública tras su publicación hoy en el DOG, estará compuesta por 3 aerogeneradores de 107 metros de altura de buje y 150 metros de diámetro de rotor y tendrá una producción anual de 47.412 MWh, lo que supone el equivalente al consumo de 13.500 hogares.
El parque, cuyo proyecto de ejecución una vez aprobado se prevé sea de cinco meses y que movilice en torno a 125 empleos, aportará a las arcas municipales más de 260.000 euros a través de impuestos y tasas.
Está fuera de la zona protegida por la Red Gallega de Espacios Protegidos y Red Natura 2000 y del área prevista en su Propuesta de Ampliación. No incluye tampoco ninguna IBA (Important Bird Area) ni prioritarias de reproducción, alimentación, dispersión y concentración local de aves, y se encuentra alejada en más de 10 kilómetros de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.
En el proyecto incluye las distintas aportaciones realizadas por los organismos sectoriales durante el trámite de exposición pública del Documento de inicio de este PE. Así, tras esa fase, se ha rebajado el total de aerogeneradores de 4 a 3, ubicados en grupo, de modo que se minimiza el impacto paisajístico al que se suma otro factor destacado como es el del aprovechamiento de infraestructura existente para la evacuación de energía, lo que evita la construcción de una subestación. Así mismo, línea interna del parque eólico ha sido proyectado de manera que discurra subterráneo, eliminando así la afección visual.
Además del estudio incluido en el proyecto, durante la fase de explotación del parque eólico, se hará un plan de vigilancia del posible impacto en las aves de modo que se puedan establecer mecanismos de mejora si fuera necesario. Así mismo, el estudio de impacto ambiental recoge la inexistencia de afección negativa sobre los hábitats durante la fase de explotación.
Por último, tal y como establece el informe arqueológico y de patrimonio cultural, se establecen medidas correctoras con el objetivo de garantizar la adecuada protección y conservación de los elementos detectados como patrimonio cultural.