La compañía Greenalia continúa el desarrollo de su plan estratégico con el avance en la tramitación de siete nuevos parques eólicos que suman más de 500 MW de potencia instalada. Se trata de los PE Borrasca, Boura, Huracán, Mistral, Monzón, Nordés y Ventisca, todos ellos previstos en la comunidad gallega y que han sido ya publicados en el BOE por el Ministerio de Transición Ecológica para su trámite de información pública.
En el área de Barbanza se proyecta el PE Huracán, de 56 MW y 10 aerogeneradores de 105 metros de alto y 150 de diámetro de rotor, entre los términos municipales de Brión, Lousame, Noia y Rois.
Entre los ayuntamientos de Valdoviño, Cerdido y Moeche se establece la poligonal del PE Nordés, de 67,2 MW, formado por 12 aerogeneradores de las mismas características que el mencionado anteriormente.
Los otros cinco parques eólicos: Borrasca, Boura, Mistral, Monzón y Ventisca se ubican en su totalidad en la provincia de Lugo.
Así, Boura de 72,8 MW de potencia nominal, estará integrado por trece aerogeneradores, de 105 metros de altura y 150 de rotor, previstos entre Abadín y A Pastoriza. Mientras que Ventisca, de 89,6 MW, prevé 16 máquinas de las mismas características que se ubicarán Pol. Por su parte, Monzón de 50,4 MW de potencia nominal, estará integrado por nueve aerogeneradores distribuidos entre A Pastoriza y Meira.
En la Mariña lucense se sitúa el PE Borrasca, con una potencia prevista de 84 MW y la instalación de 15 aerogeneradores de 105 metros de altura y 150 de diámetro de rotor en terrenos de los ayuntamientos lucenses de Foz, Lourenzá y Mondoñedo.
Por su parte, el PE Mistral, con una potencia prevista de 100,8 MW, se ubica en los ayuntamientos lucenses de Xermade, Guitiriz y Vilalba y contempla la instalación de 18 aerogeneradores de las mismas dimensiones.
Los proyectos se completan con los correspondientes estudios de impacto ambiental, arqueológico, paisajístico y de avifauna, que incluyen las medidas correspondientes para el cuidado y mantenimiento de los entornos desde las distintas perspectivas, de modo que la afección tanto durante las obras como de la vida útil de los parques sea la menor posible.
Por lo que se refiere a las medidas ambientales, además de evitar zonas de especial protección y de riqueza de biodiversidad, se recoge la activación de un plan de restauración para la recuperación de las zonas de actuación. En este sentido, se prevé la revegetación de las zonas de obra en paralelo al término de las distintas fases, de modo que la integración paisajística se realice lo antes posible y así no esperar al final de todo el proceso de obra.
En todo caso, tras esta fase de información pública, los proyectos se adaptarán a las recomendaciones ambientales y patrimoniales que se pudieran indicar desde las distintas administraciones en sus respectivos informes para el adecuado desarrollo de la instalación y, paralelamente, procurando el máximo consenso social y respecto al entorno.